¿Qué puede haber sucedido?

La próxima vez que vea a un niño que crea que está fuera de control en un supermercado, deténgase un momento antes de decir "¿Qué le sucede a este niño?". Piense dos veces antes de preguntar, “¿Por qué no pueden esos padres controlar a su hijo?” Pregúntese en cambio, "¿Qué puede haberle pasado a ese niño?” O tal vez conozca a un niño que parece callado, retraído y casi demasiado obediente para ser verdad. Pregúntese nuevamente: “¿Qué puede haber sucedido? ¿Es posible que este niño esté deprimido?

 

No todos los niños que sufren un trauma se mostrarán “fuera de control” o sufrirán depresión. Y no todos los problemas de comportamiento y emocionales en los niños se deben a un trauma. Pero los estudios demuestran que los niños que han pasado por uno o más traumas pueden ser diagnosticados erróneamente con TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad), trastorno bipolar, depresión, ansiedad y otras enfermedades mentales. Al mismo tiempo, el trauma puede disparar una enfermedad mental.

Los niños que son lastimados emocional o físicamente y no tienen control sobre la situación pueden mostrarse muy enojados, tristes, retraídos o ansiosos. Sus sentimientos de seguridad y protección pueden haber desaparecido. La respuesta emocional puede aparecer de muchas maneras. Un niño que acumula rabia puede actuar agresiva o violentamente contra otros. Otro niño podría experimentar una tristeza tal que lo aleje incluso de sus actividades favoritas. La mayor parte de los adultos debería poder controlar la situación después de una experiencia traumática. Pueden pedir ayuda, descargarse con otros adultos o buscar consejo para salir adelante. Pero los niños que experimenten un trauma pueden no saber cómo pedir ayuda. Pueden sentirse indefensos y no tener las palabras para describir lo que sienten. O pueden pensar que todos los niños se sienten como ellos.

Muchas veces, los adultos simplemente no pueden entender por qué  algunos niños son agresivos, desafiantes o tienen otros comportamientos negativos. Por ejemplo, pensemos en los niños que han sido abandonados o abusados físicamente cuando eran pequeños. Ahora están en un entorno maravilloso, cariñoso y seguro. Tienen toda la comida que necesitan, un techo sobre sus cabezas y muchos juguetes. Pero repentinamente comienzan a “robar” comida y esconderla en sus dormitorios. O toman dinero del bolso de su madre y lo esconden. El miedo creado por el abandono y el abuso puede llevar a los niños a cuidarse a sí mismos y tomar control de su propia seguridad, incluso cuando no hay ningún peligro inminente. Puede ser difícil para los adultos conectar los comportamientos extraños o frustrantes con el trauma porque pueden pasar años antes de que el comportamiento aparezca.  Pero el trauma puede tomar fuerzas dentro del niño incluso hasta su edad adulta.

 

Si el comportamiento de un niño es inusual, investigue la posibilidad de un trauma pasado. Hay esperanza para los niños cuyas vidas han sido afectadas por un trauma. Usted puede cambiar el futuro de un niño informándose acerca de lo siguiente:

 

• Los tipos de eventos que los niños pequeños encuentran traumáticos.
• Los síntomas de estrés postraumático
• Las formas de ayudar a los niños afectados por un trauma.

 

Muchas gracias a la National Child Traumatic Stress Network por proporcionar gran parte de la información contenida en este sitio web.

 

 

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